‘No hay manera’,... estará pensando Mariano. Si la razón principal esgrimida para explicar la austeridad de los presupuestos era ganar credibilidad como país ante los inversores, un día después lo cierto es que nada indica que se haya conseguido. Y eso es de todo, menos tranquilizador.
A ojo de buen cubero, y seguramente quedándome corto, España deberá pedir prestado este año para atender sus necesidades más urgentes, más de cien mil millones de euros. Y el Tesoro se ha puesto manos a la obra. Hoy lanzaba su primera oferta de bonos de la era ‘post-presupuestos Rajoy’ con la intención de conseguir por esa vía entre dos mil quinientos y tres mil quinientos millones de euros. Pues bien, finalmente se ha quedado en el mínimo de esa horquilla, dos mil quinientos millones de euros,... no ha conseguido más crédito; y encima ha tenido que ofrecer a los compradores un interés más alto que lo hecho en anteriores ocasiones. Con un dato añadido: los grandes compradores de deuda pública española son los bancos... españoles. Ningún inversor internacional a gran escala parece especialmente proclive a prestar al estado español.
Mala señal,... que se suma a la escalada de la conocida como ‘prima de riesgo país’, que vuelve a máximos de cinco meses, colocando a la deuda española cerca (todavía hay margen) del límite de no retorno,... ése que hace inviable el préstamo por el alto interés que hay que pagar.
Todo esto indica que la famosa confianza que busca el gobierno Rajoy no ha calado todavía entre los inversores con capacidad de préstamo, que siguen sin ver claro cómo piensa España salir del agujero y pagar lo que debe,... aún a pesar del enorme recorte a sus presupuestos públicos.
La bolsa, ni que decir tiene, se resiente también, y en dos días ha superado los mínimos del año. En resumen: la credibilidad de la economía española, un día después, brilla por su ausencia.
De ahí el título de este post. Y eso que dejo para otro día un comentario más extenso sobre el artículo del profesor Roubini en el Financial Times. Es uno de los expertos más respetados del mundo, y escribe sobre la urgente necesidad de que los países en apuros (España, Italia, Portugal, Grecia e Irlanda) pacten de una vez su salida del euro antes de que las cosas vayan a peor... en fin: yo juro que quiero ser optimista.
A ojo de buen cubero, y seguramente quedándome corto, España deberá pedir prestado este año para atender sus necesidades más urgentes, más de cien mil millones de euros. Y el Tesoro se ha puesto manos a la obra. Hoy lanzaba su primera oferta de bonos de la era ‘post-presupuestos Rajoy’ con la intención de conseguir por esa vía entre dos mil quinientos y tres mil quinientos millones de euros. Pues bien, finalmente se ha quedado en el mínimo de esa horquilla, dos mil quinientos millones de euros,... no ha conseguido más crédito; y encima ha tenido que ofrecer a los compradores un interés más alto que lo hecho en anteriores ocasiones. Con un dato añadido: los grandes compradores de deuda pública española son los bancos... españoles. Ningún inversor internacional a gran escala parece especialmente proclive a prestar al estado español.
Mala señal,... que se suma a la escalada de la conocida como ‘prima de riesgo país’, que vuelve a máximos de cinco meses, colocando a la deuda española cerca (todavía hay margen) del límite de no retorno,... ése que hace inviable el préstamo por el alto interés que hay que pagar.
Todo esto indica que la famosa confianza que busca el gobierno Rajoy no ha calado todavía entre los inversores con capacidad de préstamo, que siguen sin ver claro cómo piensa España salir del agujero y pagar lo que debe,... aún a pesar del enorme recorte a sus presupuestos públicos.
La bolsa, ni que decir tiene, se resiente también, y en dos días ha superado los mínimos del año. En resumen: la credibilidad de la economía española, un día después, brilla por su ausencia.
De ahí el título de este post. Y eso que dejo para otro día un comentario más extenso sobre el artículo del profesor Roubini en el Financial Times. Es uno de los expertos más respetados del mundo, y escribe sobre la urgente necesidad de que los países en apuros (España, Italia, Portugal, Grecia e Irlanda) pacten de una vez su salida del euro antes de que las cosas vayan a peor... en fin: yo juro que quiero ser optimista.
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