Pedro García Larragan
Periodista
Radio Euskadi, EiTB
El mismo día de la votación en Escocia pude entrevistar y charlar durante un buen rato con el director de una de las escuelas económicas y sociales más respetadas de Europa y del mundo, la London School of Economics and Political Science, Craig Calhoun. Evidentemente, Escocia nos llevó casi todo el tiempo. Me comentó muchas cosas de interés, entre ellas:
1) Le
pregunté por qué en Escocia sí, y en Euskadi o Catalunya no. Me respondió que "la diferencia no hay que buscarla entre
Escocia y el País Vasco, sino entre España y el Reino Unido". Simplemente,
y esto es ya cosecha propia que se deduce de sus palabras (pero cosecha propia
al fin y al cabo), España no tiene, ni quiere, ni persigue el nivel de
autodeterminación que sí posee Reino Unido con respecto a sus naciones; y que
proviene de una larga tradición.
2) Sobre
su opinión en torno al referéndum, el profesor Calhoun, me dijo esto: "independientemente del resultado, tiene un
efecto positivo: la gente en Escocia ha sido intensamente implicada en el
debate sobre su futuro y sus relaciones con el Reino Unido". Y concluía: "eso es
bueno para la democracia, y para la dirección que debe tomar la democracia... Sería un error que la Unión Europea vetara a Escocia porque España tiene
miedo de lo que pudiera pasar en Catalunya y el País Vasco".
y 3) "La independencia de Escocia no tiene
porque ser un desastre para la Unión Europea, ni para Escocia. Gane el 'Sí' o
gane el 'No'; habrá cambios,... pero no necesariamente un desastre".
También
habló de que no serían todo ventajas,... pero insistía en destacar lo positivo
de profundizar en la democracia.
Previamente a su entrevista pude escuchar una
magnífica intervención de un gran intelectual vasco, el catedrático Daniel
Innerarity, que delante del propio lehendakari y otros políticos vascos, pedía
una clase política innovadora, suficientemente audaz como para adelantar su
acción de gobierno a los cambios que se avecinan en todo orden de cosas: sociedad, economía, etc.
Decía el profesor
Innerarity que "padecemos unos políticos
que sólo se preocupan de cómo llegar al poder, pero que cuando llegan no saben
qué hacer con ese poder". En definitiva, me atrevo a interpretar, gobiernos a rebufo que conducen mirando al espejo retrovisor en vez de atisbar
por el parabrisas delantero las curvas que ya se adivinan.
Discursos valientes y
oportunos que nos remite a muchos temas,... pero que en lo relativo a Escocia creo
que nos dan una gran lección. Sinceramente, pienso que David Cameron ha sido un
político innovador, audaz. Arriesgando y pactando con Escocia se ha quitado de
encima un grave problema, con sus años de
discusiones sobre el estatus político de cada uno, tensiones entre sociedades,
etc. Se ha ahorrado de un plumazo diez años o más de incertidumbres y continuos
rifi-rafe. Eso sí, es evidente que ahora deberá afrontar nuevas soluciones y
nuevos retos. No sólo para Escocia, también para Gales e Irlanda del Norte. Pero
en todo caso: da la sensación de que Cameron abre camino, innova y explora
nuevas soluciones a problemas antiguos.
¿Y en España?. Mariano Rajoy y Pedro
Sánchez, PP – PSOE, los principales medios de comunicación y la sociedad en
general, siguen negando deambular por el laberinto de qué hacer con Euskadi y
Catalunya.
Y negar que estás metido en un laberinto es renunciar a buscar la
salida. Pues eso.
Efectivamente, Cameron ha sido un político valiente y que, al menos en esto aunque supongo que en otras muchas más cosas deja a "la altura del barro" a Rajoy y los demás políticos españoles.
ResponderEliminarComo bien dices le queda mucho por hacer, pero creo que ha dado un gran paso hacia adelante: "El pueblo escocés ha hablado".