Cuando "El arte de la guerra", regalo de un amigo, cayó en mis manos devoré sus páginas en una lectura apresurada, y cuando terminé pensé: "pues no es para tanto"; había oído decir que se trata de una obra maestra sobre la estrategia y la táctica en la gestión de los conflictos y para ganar batallas, y que pese a datar de hace más de dos mil años sigue siendo el texto de estrategia más influyente en el pensamiento militar oriental y occidental, así como en la estrategia y las tácticas de los negocios, entre otros campos.
Es decir, no hice caso a aquello de lo que se advierte al lector en el brillante "estudio introductorio" de Gabriel García-Noblejas:
"No espere el lector, por lo tanto, poder hacer una lectura al uso...
el lector se enfrenta aquí a una serie de máximas mínimas...;
sentencias que dejan a veces con ganas de que
el autor se explique un poco más.
Pero no lo hace."
Y se insiste en lo que he mencionado al principio, es decir, aunque originalmente esta obra fuera escrita como tratado militar, para dotar a los generales chinos de hace más de dos mil año de conocimientos específicos que condujeran a sus ejércitos siempre a la victoria, hoy en día sus máximas no sólo continúan vigentes en este campo, sino que son aplicables, entre otros, en el ámbito de los negocios:
"... a todo aquel que se halle en la tesitura de tener que dirigir a un grupo de personas
hacia la consecución de un objetivo, sea éste cual sea, venciendo a un oponente...
Sus aplicaciones en el ámbito de los negocios...
son ya extraordinarias."
Y se concluye que:
"La manera correcta de leer el arte de la guerra está en descubrir
para qué nos resulta útil a cada uno."
Por lo que me propuse releer esta obra de forma mucho más pausada y reflexiva que la primera vez, intentando además aplicar su más que reconocida sabiduría al mundo de los negocios. Lógicamente, esto último referido al negocio que mejor conozco, si no al único del que creo saber algo y que me viene ocupando desde hace treinta y cinco años, el correspondiente a las empresas de consultoría, proyectos y servicios en el ámbito de las tecnologías de la información, aunque creo que lo que aquí voy a decir es extrapolable a las empresas de cualquier sector de actividad.
Por tanto, la visión estrictamente particular que voy a compartir está evidentemente condicionada por mi propia experiencia profesional, es decir, mi percepción personal del citado negocio. Además, creo que la originalidad y valor de esta obra, que transciende tanto al contexto histórico y de pensamiento de la época en la que se escribió como a la materia para la que se concibió, consisten precisamente en establecer las máximas mínimas que conducen a la victoria, sin mayores desarrollos; y es precisamente ahí, en ese margen para el desarrollo, donde intentaré aportar mi interpretación sobre la aplicación al mundo de los negocios de las sabias pautas que la obra establece para conseguir el éxito.
Dicho todo lo anterior, inicio con ésta una serie de entradas para compartir mis reflexiones sobre las analogías existentes entre este tratado militar y el mundo de la empresa, y su aplicación a este último.
Capítulo 1
Las consideraciones
Dijo el maestro Sun:
"La guerra es un gran servicio para el reino,
es el terreno donde se decide si muere o vive,
el camino que lo lleva a la desaparición o a la supervivencia;
de ahí que sea forzoso examinarla."
Entiendo que, en la aplicación al mundo de los negocios, el reino sería la empresa, mientras que la guerra sería la lucha en el mercado para lograr los objetivos de ésta, por lo que el conocimiento del contexto de esa lucha es esencial para que la empresa pueda seguir perviviendo.
El entorno de situación de la lucha en el mercado debe ser analizado en base a cinco aspectos fundamentales y el punto de partida con respecto a estos de cada contendiente, nuestra propia empresa y la competencia.
donde hay que ver si los subordinados tienen los mismos deseos que los superiores,
si estarían junto a ellos a vida o muerte,
y si no tendrían miedo al peligro."
En el contexto de los negocios, creo que el Tao sería la doctrina, paradigma o política de la empresa, es decir, el conjunto de reglas cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y constituyen la esencia de la cultura de la empresa, suministrando la base y modelo para resolver conflictos y para avanzar en la consecución de los objetivos del negocio.
Por lo que entiendo que un factor clave es lograr y verificar que la cultura de la empresa sea conocida y asumida como propia por todas las personas que la integran, ya que sólo de esa manera se conseguirá alinear las metas y capacidades de las personas que pertenecen a la organización con los objetivos del negocio.
Lo que se puede resumir en que es fundamental remar todos juntos de forma coordinada y en la misma dirección, ya que sin esos principios básicos («el orden»), establecidos de forma clara y realista, que guíen armónicamente el desarrollo del negocio (el «gran camino») la empresa estará condenada al fracaso.
donde debe considerarse si es día o de noche,
si hace frío o calor,
y el momento del año."
En mi interpretación, en el mundo de los negocios el Cielo se referiría a todas aquellas circunstancias que no dependen directamente de la empresa: ciclos de la coyuntura económica (bonanza, crisis,...), circunstancias sociales (conflictividad laboral de carácter general y/o en sectores de actividad de los que la empresa es dependiente, escasez de personal cualificado,...), nuevas exigencias y/o modificaciones en las condiciones a cumplir para el desarrollo de la actividad de la empresa o poder competir de forma idónea (certificaciones, homologaciones, normativa legal: medioambiental, incremento del salario mínimo interprofesional, de las cotizaciones a la Seguridad Social y de impuestos,...), e incluso de otra índole (en este momento todos tenemos en mente el aumento de los costes de producción como consecuencia de la escasez de recursos provocada por conflictos bélicos - la guerra de Ucrania,... - y los parones en la producción y el aumento de los costes de fabricación de multitud de productos - ordenadores, móviles, coches, televisores, videoconsolas, frigoríficos y un larguísimo etcétera - por la escasez de microchips provocada, entre otros factores, por el gran aumento de la demanda de dispositivos electrónicos tras el comienzo de la pandemia de la COVID-19 junto a la dependencia que un mercado globalizado ha terminado imponiendo respecto a la concentración de la producción de microchips de última generación en Asia Oriental y, como consecuencia, la reducción en su fabricación,...).
Que no tengamos control directo sobre el Cielo, sobre las condiciones de desarrollo del negocio que se nos imponen, no significa que éste no sea un aspecto fundamental a considerar; quejarse y echar la culpa a factores que no podemos controlar, y que por otra parte afectarán por igual a nuestra competencia, no sirven absolutamente para nada cuando no son directamente contraproducentes en términos de pérdida de tiempo, energía y moral. Por el contrario, sólo pervivirán las empresas que sepan prepararse y reaccionar convenientemente ante los cambios permanentes, tanto previsibles como sobrevenidos, de una realidad de mercado en continua evolución (todos hemos leído "¿Quién se ha llevado mi queso?" y sabemos qué actitud es la correcta ante los cambios; por una parte lamentarse y esperar a que los problemas se resuelvan solos y, por la otra, reaccionar para buscar la solución).
Sin ánimo de exhaustividad, se me vienen directamente a la cabeza muy diferentes asuntos involucrados en la consideración del Cielo como un factor clave y para la anticipación por parte de la empresa ante esas condiciones que no puede controlar: captación y retención del talento - política salarial y de carrera profesional, teletrabajo,... -, competencia basada en la evolución de los productos, proyectos y servicios y la creación de otros nuevos con relación a las demandas del mercado - formación, innovación,... - , y en su valor añadido, calidad y excelencia, y no exclusivamente en el precio).
es decir, si las distancias son largas o cortas,
es terreno fácil o difícil,
tiene anchura o estrechez,
lleva a la muerte o a la vida."
La Tierra sería el mercado en el que se compite.
Las empresas que se esfuerzan por conocerlo podrán realizar una toma de decisiones con mayor éxito para el negocio, aprovechándose de las ventajas o circunstancias favorables que en cada caso puedan presentarse, y evitar los errores a los que puede llevar su desconocimiento o escaso conocimiento, adquiriendo así una importante ventaja competitiva.
en quien hay que mirar si es sabio, fiable,
humano, valiente y estricto."
Aplicado al mundo de la empresa, entiendo que sería el Director General y, por extensión, los Directores de las diferentes áreas que conforman la estructura organizativa de la empresa, e incluso, directores de productos, proyectos y servicios, jefes de equipo,..., es decir, el General se referiría a los líderes que tienen la responsabilidad de dirigir a un grupo de personas hacia la consecución de un objetivo.
Y en mi interpretación las cualidades más importantes que debe reunir en el mundo empresarial son: profundo conocimiento del área y del mercado en lo que respecta a la parcela de negocio cuya dirección tiene encomendada, capacidad de análisis y de planificación en la toma de decisiones, transparencia y capacidad de comunicación, fomento del trabajo en equipo y capacidad de coordinación, escucha activa, empatía y cuidado de las personas que componen el equipo, asunción en primera persona de los errores cometidos por su equipo y atribución a éste de los logros alcanzados, orientación a resultados y, por tanto, exigente consigo mismo y las personas de su equipo en el cumplimiento de la política y las normas que la empresa tiene establecidas para alcanzar los objetivos, y justo ante incumplimientos y el establecimiento de las recompensas.
Sólo las organizaciones que cuenten con líderes con las habilidades idóneas estarán en disposición de influir en las personas que dirigen con el fin último de alinear las capacidades de la empresa con los objetivos del negocio.
donde se examina la organización y la estructura,
el mando y el control,
y el buen o mal empleo de lo fundamental."
Las normas serían la concreción de la aplicación de las políticas al funcionamiento de la empresa en forma de procesos de trabajo y de control de la actividad, de la gestión y de los resultados, del establecimiento de recompensas (promociones, salarios fijos y variables,...) y de penalizaciones, etc.
Las normas deben aplicar fiel y efectivamente los principios esenciales recogidas en las políticas de la empresa, ser conocidas, ser aceptadas como convenientes y justas por todos los miembros de la empresa, y ser cumplidas por todos ellos (disciplina).
Y concluye:
"... comparando los distintos puntos de partida se llega a conocer bien la situación...
Sabiendo todo esto se sabe también quién va a vencer y quién perder.
Si el general sigue estas consideraciones, obtendrá seguro la victoria...
si no las sigue,... va derecho a la derrota."
Es decir, si la empresa quiere tener éxito deberán analizarse necesariamente estas cinco consideraciones esenciales con el objetivo de obtener una "posición ventajosa", de lo contrario será uno de los competidores que perderá. Algo que en mi interpretación no deja de ser un análisis DAFO de la situación de la empresa en términos de sus características internas o propias (Debilidades y Fortalezas) y las características externas o de mercado (Amenazas y Oportunidades) con la finalidad de establecer la estrategia a futuro.
Y hasta aquí estas primeras reflexiones sobre la aplicación de "El arte de la guerra" al mundo de la empresa tras una lectura más pausada y meditada del primero de sus capítulos, pero todavía queda mucho sobre lo que reflexionar. En entradas posteriores, mi interpretación sobre las analogías y aplicaciones al mundo de la empresa del contenido del resto de capítulos:
Capítulo 2. En la batalla.Capítulo 3. El ataque planeado.
Capítulo 4. La forma.
Capítulo 5. La fuerza.
Capítulo 6. Lo vacío y lo lleno.
Capítulo 7. La lucha armada.
Capítulo 8. Los nueve cambios.
Capítulo 9. El desplazamiento de las tropas.
Capítulo 10. La topografía.
Capítulo 11. Las nueve clases de terreno.
Capítulo 12. La guerra con fuego.
Capítulo 13. El espionaje.
Pero no lo haré capítulo a capítulo, sino a que una o varias máximas recogidas en uno o varios de ellos, conforme a mi interpretación, puedan ser aplicables a un mismo aspecto o conjunto homogéneo de cuestiones empresariales.
Post relacionados:
(I) Las consideraciones (esta entrada)
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