Este pasado viernes el actual ministro de Trabajo (y antiguo sindicalista de UGT) dijo tras aprobar un nuevo cambio en la legislación laboral: "prefiero un empleado con contrato temporal que un parado más".
Desde hoy, la normativa sobre empleo temporal cambia, y se permite encadenar más contratos temporales durante más tiempo. Hasta ahora, si un empresario empleaba a un trabajador durante dos años utilizando contratos temporales, y encadenaba esos contratos temporales durante un período de 30 meses (o sea, dos años y medio), automáticamente ese contrato temporal pasaba a ser indefinido. A partir de ahora, esa ‘conversión temporal automática’ queda en suspenso durante los dos próximos años. Esto es: barra libre para encadenar contratos temporales sin que se conviertan en fijos hasta el 2013.
La medida no ha gustado ni a sindicatos ni a los empresarios. Una vez más, el gobierno español demuestra que a diferencia de lo que decía Aristóteles (...creo), y en estos temas al menos, la virtud no está en el medio. Los empleados por cuenta ajena buscamos que nuestro puesto de trabajo no dependa del capricho patronal de turno; ... pero al mismo tiempo, también entiendo que los empresarios no tengan por qué sufrir a determinados empleados a los que no pueden despedir porque les sale más caro que arrinconarles en cualquier pasillo. Hay que tener en cuenta que el mayor gasto de una empresa es, hoy por hoy, el capítulo de personal. Y así no hay quien contrate, o si se hace, se usará si se puede ‘contratos basura’.
Una solución podría ser un único modelo de contrato con una única indemnización, que termine de una vez para siempre con la actual legión de posibilidades, y de paso con la división entre trabajadores fijos y trabajadores eventuales. Ya sé que hay muchos matices, y muchas situaciones: hay mucho abuso empresarial, ... cierto, ... pero también sindical.
En Alemania, Bélgica, Holanda, Austria o Finlandia, el despido es más barato, y consecuentemente, el empresario se arriesga más y contrata más. Todos esos países se mueven en unas tasas de paro inferiores al ocho por ciento. En España, el despido es caro y no tengo que recordar que el paro supera el 20%. También es cierto que en Euskal Herria, en donde se aplica la misma legislación laboral que en España, el paro está en el entorno al 10%, igual que la media europea; y que por lo tanto, quizá el problema no sea tanto de ‘tipos de contrato’ como de ‘tipo de empleo’.
Eso es verdad y hay que reconocerlo, pero en todo caso, abramos el debate: cuestionemos determinadas prácticas y defensas sindicales que, visto lo visto, sirven para bien poco; y que es posible que sean hoy más conservadoras que las de los gobiernos que impulsan los cambios. Quizá los sindicatos se hayan convertido más en defensores exclusivos del empleo fijo, que del empleo a secas. Con todo respeto, ... pero dudo de mucho de lo que en los últimos tiempos los sindicatos de clase (que no comités de empresa) están haciendo en Euskadi. Insisto: con todo respeto.
Desde hoy, la normativa sobre empleo temporal cambia, y se permite encadenar más contratos temporales durante más tiempo. Hasta ahora, si un empresario empleaba a un trabajador durante dos años utilizando contratos temporales, y encadenaba esos contratos temporales durante un período de 30 meses (o sea, dos años y medio), automáticamente ese contrato temporal pasaba a ser indefinido. A partir de ahora, esa ‘conversión temporal automática’ queda en suspenso durante los dos próximos años. Esto es: barra libre para encadenar contratos temporales sin que se conviertan en fijos hasta el 2013.
La medida no ha gustado ni a sindicatos ni a los empresarios. Una vez más, el gobierno español demuestra que a diferencia de lo que decía Aristóteles (...creo), y en estos temas al menos, la virtud no está en el medio. Los empleados por cuenta ajena buscamos que nuestro puesto de trabajo no dependa del capricho patronal de turno; ... pero al mismo tiempo, también entiendo que los empresarios no tengan por qué sufrir a determinados empleados a los que no pueden despedir porque les sale más caro que arrinconarles en cualquier pasillo. Hay que tener en cuenta que el mayor gasto de una empresa es, hoy por hoy, el capítulo de personal. Y así no hay quien contrate, o si se hace, se usará si se puede ‘contratos basura’.
Una solución podría ser un único modelo de contrato con una única indemnización, que termine de una vez para siempre con la actual legión de posibilidades, y de paso con la división entre trabajadores fijos y trabajadores eventuales. Ya sé que hay muchos matices, y muchas situaciones: hay mucho abuso empresarial, ... cierto, ... pero también sindical.
En Alemania, Bélgica, Holanda, Austria o Finlandia, el despido es más barato, y consecuentemente, el empresario se arriesga más y contrata más. Todos esos países se mueven en unas tasas de paro inferiores al ocho por ciento. En España, el despido es caro y no tengo que recordar que el paro supera el 20%. También es cierto que en Euskal Herria, en donde se aplica la misma legislación laboral que en España, el paro está en el entorno al 10%, igual que la media europea; y que por lo tanto, quizá el problema no sea tanto de ‘tipos de contrato’ como de ‘tipo de empleo’.
Eso es verdad y hay que reconocerlo, pero en todo caso, abramos el debate: cuestionemos determinadas prácticas y defensas sindicales que, visto lo visto, sirven para bien poco; y que es posible que sean hoy más conservadoras que las de los gobiernos que impulsan los cambios. Quizá los sindicatos se hayan convertido más en defensores exclusivos del empleo fijo, que del empleo a secas. Con todo respeto, ... pero dudo de mucho de lo que en los últimos tiempos los sindicatos de clase (que no comités de empresa) están haciendo en Euskadi. Insisto: con todo respeto.
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