Continuando con la autocrítica que entiendo tenemos que realizar los padres antes de "juzgar" el comportamiento de nuestros hijos con relación al uso que hacen de las Nuevas Tecnologías (NN.TT.) y Redes Sociales (RR.SS.), y, por consiguiente, antes de pretender educarles en un uso apropiado de estas herramientas, me vienen a la cabeza muchos de los comportamientos que nosotros mismos mantenemos en este ámbito.
Comparto una serie de viñetas que creo que pueden dar una idea de lo que quiero decir:
Es decir, creo que en ocasiones nosotros mismos exponemos nuestra privacidad por "encima de nuestras posibilidades" y, lo que es más grave, en ocasiones la de nuestros propios hijos, sin tomar siquiera las mínimas precauciones para intentar evitar los riesgos a los que nos exponemos a nosotros mismos y a otras personas, o mantenemos una actitud no precisamente "ejemplar". Después no nos quejemos...
Pero, incluso más allá de los riesgos, utilicemos el sentido común: ¿creemos que a alguien le interesa dónde hemos pasado las vacaciones?, ¿si estamos en un sitio o en otro con tal o cual amigo (el colmo de esto es la geolocalización permanente a la que se someten determinados individuos, etc.)?...
Por favor, al igual que debemos evitar enseñar el álbum familiar de fotos a nuestras visitas (cuando nos ocurre a nosotros como visitantes coincidiremos en que es insufrible), no demos el coñazo de forma permanente a nuestros "followers", contactos, amigos..., o como se llamen los bienhechores que tengamos en las redes sociales y similares, con nuestras andanzas que sólo a nosotros nos interesan.
Sobre esta última cuestión, recuerdo un cartel que mi amigo y coautor de este blog Dani Villar tiene visible en su puesto de trabajo. La frase que aparece en él, si no mal recuerdo, es de Plutarco y quiere decir algo así como:
Pues eso..., si evitamos aunque sólo sea esto, conseguiremos no exponer en demasía nuestra privacidad y la de nuestros allegados, y además evitaríamos dar el coñazo :). Todo ello, bien entendido, que cada uno puede hacer lo que quiera, pero después no nos quejemos.
Comparto una serie de viñetas que creo que pueden dar una idea de lo que quiero decir:
Es decir, creo que en ocasiones nosotros mismos exponemos nuestra privacidad por "encima de nuestras posibilidades" y, lo que es más grave, en ocasiones la de nuestros propios hijos, sin tomar siquiera las mínimas precauciones para intentar evitar los riesgos a los que nos exponemos a nosotros mismos y a otras personas, o mantenemos una actitud no precisamente "ejemplar". Después no nos quejemos...
Pero, incluso más allá de los riesgos, utilicemos el sentido común: ¿creemos que a alguien le interesa dónde hemos pasado las vacaciones?, ¿si estamos en un sitio o en otro con tal o cual amigo (el colmo de esto es la geolocalización permanente a la que se someten determinados individuos, etc.)?...
Por favor, al igual que debemos evitar enseñar el álbum familiar de fotos a nuestras visitas (cuando nos ocurre a nosotros como visitantes coincidiremos en que es insufrible), no demos el coñazo de forma permanente a nuestros "followers", contactos, amigos..., o como se llamen los bienhechores que tengamos en las redes sociales y similares, con nuestras andanzas que sólo a nosotros nos interesan.
Sobre esta última cuestión, recuerdo un cartel que mi amigo y coautor de este blog Dani Villar tiene visible en su puesto de trabajo. La frase que aparece en él, si no mal recuerdo, es de Plutarco y quiere decir algo así como:
"No creas que los demás tienen tantas ganas de escuchar lo que dice como tú de contarlo"
Pues eso..., si evitamos aunque sólo sea esto, conseguiremos no exponer en demasía nuestra privacidad y la de nuestros allegados, y además evitaríamos dar el coñazo :). Todo ello, bien entendido, que cada uno puede hacer lo que quiera, pero después no nos quejemos.
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